jueves, 5 de agosto de 2010

[ONESHOT] Messages on the stars

Yo jamás superaré este Oneshot TwT Vi unnie TE AMO! Mameh ricosonga TwT
Esta cosa me hizo llorar TwT Espero les guste, aclaro que este oneshot NO lo escribí yo, lo escribió Vi unnie (Vi-chan) ^^
Disfrútenlo (:
PD: Lo copiaré tal cual está en el foro xD


Titulo: Messages on the stars (Mensajes en las estrellas).
Tipo: Romance/Drama.
Genero: Hetero.
Rating: 16+...?
Autor: Vi-Chan.
Personajes: Super Junior M/Big Bang/personaje real.
Advertencia: Muerte de un personaje.
Nota: como no me se el apellido de la protagonista (XD) use el nombre que todos conocemos...
Nota2: MI PRIMER TRABAJO EN DONDE NO SALEN LOS DIOSES! T^T


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“Porque incluso en tus días libres vienes a visitarme?” preguntó el chico sentado en la cama.

“Sabes perfectamente porque estoy aquí oppa” la chica respondió con un puchero.

El levanto su puño, estirando su brazo hasta la mano de ella, depositando una pequeña estrella de papel.

“fucsia! Waaa uno de mis colores favoritos!” exclamo ella con una gran sonrisa.

“Estrella numero novecientos noventa y nueve.” Dijo él.

“Wow, novecientos noventa y nueve? Sabes lo que eso significa?”

“que estas a una estrella de las mil, y significa que tendrás tu deseo mañana” dijo el chico.

“bueno si, pero también significa que te he conocido por novecientos noventa y nueve días.” Declaro ella y el chico no pudo evitar que su corazón latiera un poco más rápido de lo usual. Acaso ella también había estado llevando la cuenta de cuánto tiempo tienen conociéndose?

“ajem…” dijo él, simulando haber tosido.

“Oh, sí.” Dijo ella sonriendo abiertamente, tomando su bolso y sacando un retazo de papel rectangular color amarillo, como esos que usas para recordar cosas y pegarlos en la nevera u otro lugar, solo que este si era uno de esos y ella estiro su mano y “pong!” exclamo pegándolo de su frente riendo ante la expresión del otro.

“Yah!” exclamo el chico simulando enfado y quitándose la nota adhesiva de la frente.

“porque soy una chupeta?” dijo observando la caricatura en el papel.

“Porque así es como tu cuerpo luce! Todo lo que puedes ver es una gran cabezota” dijo burlonamente, pinchando sus mejillas.

“Hey! Respeta a tus mayores!” exclamo él fingiendo también.

●◎●◎●◎●◎●◎●


Alrededor de las seis de la tarde ella se marcho de la habitación. Al segundo que ella salió de ahí, él sintió la soledad a su alrededor de nuevo, mirando por la ventana observo como el cielo se oscurecía poco a poco, estaba de un tono gris y los arboles se movían de un lado a otro con el viento.

HanGeng. Un chico que podría estar en la universidad, o bien trabajando, alrededor de los 25 años de edad, se encontraba sentado, recostado del espaldar de la cama de su habitación en el hospital. Su rostro permanecía aparentemente apacible, pero sus ojos marrones oscuros, lucían como pequeños pozos de dolor. Apacibles y vacios podrán lucir, pero ellos contenían algo más profundo que el mismo océano azul marino. Sus labios, inusualmente pálidos, se abrían de vez en cuando solo para dejar salir el aire de sus pulmones en pequeños suspiros, pero lo curioso era que ellos se curvaban hacia arriba. Jamás hacia abajo.

Con esa pequeña y leve sonrisa, HanGeng despego su vista de la ventana, encontrándose con el verdadero ambiente que lo rodeaba. Cuatro planas y blancas paredes. El suelo parecía un reflejo del techo, con sus frías baldosas blancas. Las cortinas eran de tela blanca, las sabanas eran blanco puro, la mesa al lado de su cama era blanca, incluso las ropas que cubrían ligeramente su cuerpo eran blancas. Parecía como si a todo en esa habitación le hubiesen arrancado el color, hasta la vida misma.

Todos los días esperaba ahí sentado por que la criatura viviente más hermosa apareciera por esa puerta, trayéndole calor a su vida y color a la misma. Kim Yura. La chica estaba alrededor de los 23 años de edad y era estudiante de enfermería, estaba en su último año por lo tanto hacia sus pasantías en ese hospital.

Súbitamente, HanGeng sintió un fuerte dolor en su pecho. Aguanto la respiración por un momento, intentando ignorar el creciente dolor, como siempre lo hacía. Mordió sus labios mientras sentía como si clavaran un puñal en su corazón y sangrara lentamente.

Los doctores le dijeron que tenía una enfermedad cardiaca incurable, que con el tiempo y el tratamiento podría ser capaz de suprimirla. Pero dos años han pasado y solo ha ido empeorando día a día. Su corazón se deterioraba y no sabía cuánto tiempo le quedaba. Él le había rogado a los doctores para que no le dijeran cuan critica era su condición a Yura. No quería que ella supiera que el moría lentamente.

Lo que hacía doler más aun su corazón, era el hecho de que no le podía decir a ella lo que sentía. No podía decírselo, no podría protegerla, no podría abrazarla, y no podría amarla como quería.

●◎●◎●Flashback●◎●◎●


Estrella #1 – Yura, creo que eres una linda persona.

Estrella #20 – Yura, gracias por estar aquí conmigo.

Estrella # 115 – Yura, no puedo dejar de pensar en ti.

Estrella # 421 – Yura, creo que me estas empezando a gustar más.

Estrella # 856 – Yura, desearía poder decirte como me siento en realidad.

Estrella # 934 – Yura, desearía poder estar a tu lado.


●◎●◎●Fin del flashback●◎●◎●


HanGeng recordó las notas que escribió secretamente en los retazos de papel antes de doblarlos y convertirlos en estrellas. Ha escrito en cada uno de ellos y se preguntaba si yura algún día de la nada habrá desdoblado alguna y descubierto su mensaje. Pero, porque lo haría? Quien desdoblaría una estrella de papel? HanGeng no tenía esperanzas. Las estrellas eran la única forma que él tenía para decirle a ella cuanto sentía. Ella nunca las leería, ni siquiera luego de que diera su último suspiro de vida.

Abrió la gaveta de la mesa que se encontraba al lado de su cama y saco de ella una tira de papel. Se disponía a doblar la última estrella para Yura. Doblo el papel una vez, y escribió cuidadosamente en él.

“Estrella # 1000 – Yura, te amo.”

HanGeng hablo suavemente, sintiendo como las palabras que tanto quería decir salían de su boca.

“Te amo.” Susurro mientras las cortinas se movían con la suave brisa, deseando que el viento pudiera llevarle a ella ese mensaje de alguna manera.

Comenzó el primer paso para doblar una estrella, delicadamente lo doblo hasta quedar en una forma como de pentágono, pero…

Súbitamente, otro fuerte dolor atravesó su pecho.

“Ahh…” se quejo, dejando caer la estrella incompleta al suelo. Apretó su pecho fuertemente, no podía con el intenso dolor y comenzó a golpear con su puño su pecho como loco. El monitor de su corazón comenzó a sonar como loco mientras que su pulso iba de manea irregular, latiendo rápidamente y bajando hasta casi no latir.

Empezaba a sentirse mareado. Su cabeza dolía y latía al mismo ritmo de su corazón. De repente, todo a su alrededor se nubló y sus ojos se voltearon hacia atrás de su cabeza. En cuestión de segundos todo acabó. HanGeng calló del borde de la cama y golpeo el frio suelo con un pesado “thud”, su respiración se detuvo, al igual que los latidos de su corazón. La habitación se encontraba en total silencio, excepto por el incesante beep del monitor de su corazón.

●◎●◎●◎●◎●◎●


“Hannie!” llamo alegremente Yura al entrar a la habitación, pero para su asombro, HanGeng no estaba ahí. Era de nuevo, su segundo día libre, y ella siempre vendría a visitarlo temprano en la mañana. Pero hoy era diferente, ya que él no estaba como siempre. Ella estaba acostumbrada a llegar y encontrarse con el esperándola.

“A donde habrá ido…?” se preguntaba mientras veía las sabanas alborotadas en su cama. Dejo una jarra de vidrio con las estrellas de papel dentro, al borde de la mesa, al frente de la ventana. Las había traído especialmente para celebrar los 1000 días y pedir ese deseo especial. Se quedo parada, sin saber que hacer mientras el regresaba, así que sus ojos empezaron a divagar por la habitación.
“De verdad, a donde habrá podido ir? Afuera quizá?” se preguntaba. De repente, sus ojos captaron algo color blanco en el suelo al lado de la cama de él. Se agachó e instintivamente lo recogió, examinando la extraña forma y viendo el hermoso color blanco. Luego la desdoblo, encontrándose con algo escrito en lapicero.

“Estrella # 1000 – Yura, te amo.” Leyó en voz alta y parpadeo, leyéndola de nuevo, solo para estar segura que leyó bien.

“Te amo?” susurro.

“HanGeng me ama?” susurro de nuevo. Su corazón comenzó a latir rápidamente y su rostro a adquirir un leve color rosa.

“De verdad me ama?” toco su corazón, latía tan fuerte que sentía que se le saldría del pecho en cualquier momento.

“Así que, en realidad me ama. No es un amor de un solo lado después de todo!” exclamo. Las lágrimas empezaban a asomarse por sus ojos. Con el pasar de los años, se encontró a si misma añorando su compañía. Así que comenzó a dibujarle pequeñas caricaturas, dándole péquelas pistas de lo que sentía. Siendo él lo suficientemente inteligente, uniría los dibujos como una historia, y así el podría descifrar lo que ella había querido implicar. Una vez, hizo un dibujo de una niñita diciéndole a un niñito que le gustaba. Pero viendo que HanGeng no reacciono como ella quería, renuncio a la idea de confesarle sus sentimientos. Metida profundamente en sus pensamientos, Yura se sentó en el suelo aun mirando el pedazo de papel en sus manos.

*SMASH*

Yura se tensó de repente por el fuerte sonido, mirando hacia arriba se encontró con que la jarra había caído del borde de la mesa hacia el suelo. Los fragmentos de vidrio se regaron por la habitación al igual que las estrellas de origami. Cuidadosamente tomo una estrella cualquiera y la desdoblo.

“estrella # 32 – Yura, me gustaría besar tus mejillas.”

Yura se sonrojo al leer el mensaje de HanGeng.

“Realmente a estado escribiendo en cada estrella todo este tiempo?” pensó, tomando otra y desdoblándola y leyendo el contenido. Así hizo con varias y a la final las volvió a doblar, incluso la blanca que no estaba completamente hecha.

“Ok, le confesare a HanGeng lo que siento, hoy” dijo convencida y esperanzada, recogiendo el vidrio del suelo y botándolo en la basura. Tomando una bolsa plástico y recogiendo ahora todas las estrellas.

Se volvió a sentar, pero en la cama, juntando sus manos y cerrando sus ojos.

“mil estrellas…”

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“MIL ESTRELLAS!” grito hacia el viento una chica desde la azotea de un edificio.
La noche era oscura, pero la luna brindaba algo de luz. La chica lucia inusualmente pálida, su rostro estaba mojado, cubierto por las lágrimas. Las mangas largas de su sweater escondían cicatrices en sus muñecas y el dolor en su corazón no parecía querer irse, incluso después de casi un año.

“Un año, Hannie” la chica susurro roncamente. “un año maldita sea! Porque nunca me dijiste nada!?” gritaba ahora furiosa.

Pero esa furia no era contra él, era contra ella misma. Por no haber actuado antes. Por no haberle confesado sus sentimientos, así, al menos, podía haber estado con él hasta el final…

“Mil estrellas, Hannie. Puedo pedir mi deseo ahora?” dijo poniéndose de pie, al borde del tejado. Abrió su bolso y sacó un puñado de estrellas, lanzándolas hacia el vacío.

“deseo…” susurró con los ojos cerrados y las lagrimas cayendo continuamente por sus mejillas. “Deseo que vuelvas a mi.” Dijo ahora tomando una estrella y desdoblándola.

“estrella # 895 – Yura, cuando muera, deseo reencarnar como el viento, así, en donde estés, yo estaré contigo.” Leyó y arrugo el papel en sus manos, lanzándolo también al vacío.

“Maldita sea, deseo que vuelvas!” grito con todas sus fuerzas. Dando un paso más hacia el borde. “deseo que el dolor se valla, deseo volver a sonreír, deseo poder ser capaz de expresar todo el amor que tengo en mi corazón, deseo…” tomo otro puñado y lo lanzó, para luego estirar sus brazos, mirar hacia el cielo y cerrar sus ojos.

“deseo…” susurro y se inclinó hacia adelante, con intenciones de dejarse caer, con intenciones de seguir el camino de las estrellas de papel. “…volver a ser feliz” dijo y súbitamente una ráfaga de viento sopló, y unos brazos la sostuvieron por su cintura, lanzándola hacia atrás.

Su cuerpo golpeo fuertemente el suelo de la azotea y “Estas completamente loca!?!” escucho una voz gritarle.

“Qué demonios pensabas que hacías!?!” gritaba el chico, pero ella parecía no reaccionar.

Noto que una de las estrellas estaba cerca de su mano derecha y la estiro para tomarla. La desdoblo y leyó.

“Estrella # 999 – Yura, si está en mi poder, te enviare a alguien cuando más lo necesites. Recuérdalo.”

La chica apretó fuertemente el papel contra su pecho, llorando más aun. Alzo su mirada y se encontró con un joven de tez clara, cabellos lacios y oscuros, con ojos rasgados y mirada penetrante. Lucia molesto, pero suavizo sus fracciones, caminando hacia ella. Se agacho y le tendió su mano. “te encuentras bien?” le preguntó cariñosamente. Ella solo lo miro tras sus ojos empañados. “me llamo Seung Hyun, cuál es tu nombre?” le preguntó.

Ella bajo su mano hasta dejarla descansando en sus rodillas y una brisa sopló, haciendo que el papel se escapara de sus manos. Ella miro el papel volar lejos y luego devolvió la mirada hacia Seung Hyun. Arrugo el rostro, y sus lágrimas seguían fluyendo sin control, abrazó súbitamente al muchacho por el cuello y lloro en su hombro.

“Shh, ya pasó…” murmuraba Seung Hyun acariciando el cabello de ella cariñosamente.

“Oppa, gracias.” Murmuro entre sollozos, mientras aun abrazaba a Seung Hyun.

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