miércoles, 5 de enero de 2011

Oh My Gosh

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Título: Oh My Gosh
Género: Relación hetero.
Rating: +16
Autor: Kim Yura Blackheart (KYBH)

Oh My Gosh

Aquél concierto terminó justo a la hora, había sido el primero en aquél lugar, así que la emoción que desprendía cada integrante del joven grupo, no era normal. Los bailarines descansaban también, todos comentando la fabulosa actuación de la noche.

- Estoy convencido del gran éxito de este concierto, ¡fue asombroso!

- Creo que todos dieron lo mejor de sí, estoy muy contento con el resultado.

- Hyung, buen trabajo con tu solo, has matado de un infarto a media población de Shawols.

- Gracias Taemin, eres muy dulce.

Key echó a reír junto con Jonghyun, quién señalaba el puchero del menor ante las palabras del otro. Onew sólo se enfocaba en mirarlos divertido, riendo por lo bajo.

- ¡Antipático!- exclamó Taemin.

- No es antipatía, sólo digo lo cierto- contestó Minho, acomodándose la camisa.

El menor le lanzó un cojín en la cabeza al mayor y éste cerró los ojos un momento, suspirando derrotado y negando con la cabeza. Se giró hacia su compañero y éste adoptó una postura defensiva ante cualquier movimiento del otro, pero éste sólo lo abrazó suavemente, estrechándolo contra su pecho.

- Lo siento, dongsaeng, no era mi intención tratarte así- susurró.

Se separó de él y sonrió débilmente, alborotándole el cabello un poco. Se despidió con la mano del resto y salió de la habitación, taciturno y con sus cosas al hombro.

- Está triste, se nota- dijo Jonghyun.

- Es porque ella no ha venido- contestó Onew, sentándose en el sofá.

- Si, pero mi novia tampoco ha venido hoy, no es motivo para…

- Al menos la tuya dijo por qué no vendría, la de él iba a venir hasta el último momento- intercedió Key.

- Tienes razón… ¿hacemos algo para animarlo?

- Buscarla a ella sería lo único que resultaría, ya saben cómo es.

Los otros tres asintieron con las palabras del menor y suspiraron casi a la vez. Era lógico preocuparse por su amigo, aunque estaban claros que, aunque quisieran, no podrían hacer nada por él.

El alto y pelinegro joven caminaba por los pasillos de aquél lugar, todo estaba en penumbra a esas horas, la mayoría de los bailarines ya se habían ido. Se dirigía al armario donde solían guardar las mochilas con sus cosas, recogería todo y se largaría a casa. Estaba ya de muy mal humor. Su “novia” no había asistido a tan importante ocasión, a pesar de haberle dicho que iría.

- Si tan sólo me hubiese llamado… no me cabrearía tanto… no vale mandarme un mensaje diciendo que no vendría, sin nada más… -murmuró para sí.

Llevaba el celular en una mano, releyendo las palabras “No iré al concierto” una y otra vez. De haber sido algo importante, le habría llamado. Habría llamado al manager y le habría dicho sus razones. Odiaba cuando hacía eso, se estaba cansando de ella.

Un repentino jalón en su brazo derecho le hizo salir de sus pensamientos, sintiéndose muy pronto acorralado por alguien, en un espacio pequeño y muy oscuro. Un armario.

- ¡¿Pero qué co…

Sus palabras fueron silenciadas por unos tibios y suaves labios que atraparon los suyos en un apasionado beso, y las mismas pronto fueron reemplazadas por un leve jadeo que dejó escapar al sentir una suave presión en su entrepierna.

- Mejor no hables, que no hay tiempo…

El susurro de terciopelo que llegó a sus oídos le embriagó de forma inmediata, entrecerrando levemente los ojos para poder mirarle, pero estaba demasiado oscuro. Un nuevo jadeo huyó de su garganta cuando la chica que ahora le acompañaba deslizó una de sus delgadas y frías manos en su pantalón, acariciando su miembro sobre la tela del bóxer. Su piel se erizó y buscó aferrarse con las manos a algo, pero detrás de sí sólo estaba la pared. Los mismos labios que le habían besado, se posaban ahora en su cuello, respirando agitadamente contra éste, haciéndole estremecer.

- Linda forma de quitarte una chaqueta- susurró ella contra su cuello, sonriendo levemente-. Me ha gustado mucho…

- ¿A-ah… si?... ¿P-por eso e-estás… aquí?

- Escúchate… casi no puedes hablar…

Presionó su entrepierna con la mano y soltó un gemido ahogado, haciéndola sonreír más. Retiró la mano rápidamente y dejó ambas sobre el pecho del chico, tomando la tela de su camisa con fuerza.

- ¿Sirve si lo intento con ésta?

No le dio tiempo a contestar. Enseguida escuchó la tela de su camisa rasgarse y sintió un leve frescor en su pecho, ahora descubierto. Pronto una mano abarcó en caricias todo el nuevo espacio, mientras la otra retomaba su trabajo en la entrepierna del joven, excitándole más con cada movimiento que hacía. Ella se encargaba de arrancarle suspiros al muchacho, mordiendo y succionando su cuello mientras con una mano jugaba con los pezones del chico, y con la otra acariciaba su ya erecto miembro.

- Hmm… ¿no te molesta el pantalón?

- … Mucho…

La chica sonrió de nuevo y se apegó más a él, desabotonando con una mano el pantalón del chico, sin abandonar su hombría con la otra. Minho sólo lograba jadear de placer, su cuerpo entero estaba entumecido por el juego de aquella muchacha, y no podía siquiera tocarla. Estaba completamente inmóvil.

- ¿Cuándo te unirás al juego?... ¿o quieres que te complazca solamente?...

El chico ahogó un gemido al sentir los suaves dedos de ella por su entrepierna, en contacto directo piel con piel. La mano libre de la chica seguía recorriendo su torso, en suaves caricias, palpando cada centímetro descubierto en su cuerpo. Sus labios seguían rondando por su cuello, succionándole y mordiéndole de una forma que probablemente dejaría marcas visibles al día siguiente, pero que justo en ese momento no importaba en lo más mínimo.

- ¿P-por qué… haces… esto?- preguntó con un hilo de voz, seguido de un jadeo.

Sintió todo movimiento detenerse y unos ojos clavados en sí, pero seguía sin lograr ubicarlos. Un pesado suspiro escapó de los labios de su compañera, haciéndole ladea un poco la cabeza en su dirección.

- Mucho tiempo soportando las ganas…

- ¿Las ganas?

- De ser tuya… y que tú fueras mío… aunque sólo fuese por una noche.

Aquellas palabras activaron algo desconocido en la cabeza del joven. Era lo más bonito que había escuchado en todo el día, al menos a su parecer. Subió una mano hasta la altura de su nariz, dando con el rostro de la chica que tenía en frente. Deslizó suavemente la yema de sus dedos por la mejilla de ésta, sintiéndola aumentar de temperatura levemente.

- ¿Eso quieres?- preguntó en un susurro-. Si es así, entonces…

Fue bajando lentamente su mano por el cuerpo de la chica, acariciando su cuello y su costado, rozando levemente sus pechos, deteniéndose en su cadera. Llevó su otra mano al mismo punto, lado contrario, atrayéndola hacia sí, sintiéndole estremecer.

Pronto habían cambiado de lugar en aquél estrecho y oscuro armario. Minho acorralaba a su compañera en la pared frente a él, con el cuerpo muy cerca del suyo, acariciando sus caderas y ahogando gemidos entre besos, mientras ella continuaba con su labor en la erección del joven.

- No puedo… seguir así… -susurró él, entre jadeos.

Ella sólo asintió y bajó los bóxers del muchacho, liberando su erección de una prisión bastante calurosa. Él buscó a tientas el botón del pantalón de la chica, desabotonándolo de inmediato al encontrarlo, dejando caer la prenda al suelo junto a sus pies. La acercó más a sí, rozándole levemente con su erección en su entrepierna, haciéndola suspirar por lo bajo, aferrándose a su cabello con una mano y a su hombro con la otra.

La necesitaba, lo sabía, a esas alturas no iba a parar por poco moral que fuera todo aquello. Deslizó sus manos por las caderas de la chica, removiendo con inusitada destreza su ropa interior, relamiéndose al sentir el calor de su piel bajo sus manos. Su cuerpo le llamaba, casi le pedía a gritos una caricia, un roce, cualquier cosa, podía escucharle, estaba ahí, le hablaba desde dentro de su pecho. Sintió los brazos de la chica rodear su cuello y apegarse más a él, enredando los dedos en su cabello, subiendo una pierna hasta su cadera, rodeándole con ésta en un sensual movimiento que le produjo un estremecimiento y una sonrisa de medio lado. La tomó de las caderas y la levantó un poco, haciéndole rodearle con ambas piernas, pegándole de espaldas a la pared, rozando instintivamente su erección contra ella.

Un beso, justo en el momento adecuado, logró ahogar un largo y profundo gemido de ambos cuando el joven se introdujo en ella, lentamente, pero tan profundo como pudo. Su lengua jugaba ferozmente con la de la chica, recorriendo su boca en cada movimiento, abrazándole por la cintura y comenzando a moverse en su interior, despacio pero cuan profundo podía llegarle. La sentía arder, su estrechez le volvía loco, sentía que podía devorarla a besos, quería hacerle gritar de placer. Comenzó a moverse un poco más rápido, embistiéndole con fuerza, masajeando con una mano sus pechos, dejando a un lado el poco pudor que le quedaba, sintiéndole gemir en sus labios, en sus besos, estremeciéndose con sus uñas clavándose en su espalda. El ritmo de los dos iba en aumento, y no podía negar cuánto le gustaba. Ya daba igual dónde estuviese, quiénes estuviesen cerca, la hora que fuera o cualquier otra cosa, en el mundo sólo estaban ellos dos, devorándose el uno al otro entre besos de pasión desmedida sazonados con mordidas suaves y hondos gemidos mutuos. Sus caderas casi se movían solas contra las de la chica, embistiéndole cada vez más de prisa, más fuerte, más profundo, disfrutando del roce entre sus partes, la humedad y el calor abrasador en la cavidad de la chica, y su piel ardiente bajo sus manos temblorosas. Hubo un momento de vacío en el que ambas bocas se separaron y sólo se escuchó el choque de las partes de ambos, ni siquiera sus respiraciones. Los compañeros del muchacho pasaban por un lado, cotorreando en alto, armando escándalo. Sin embargo, Minho no se detuvo. Acudió feroz al cuello de su compañera, succionando su piel, pasándole luego la lengua al lugar. Ella ahogó un gemido en su hombro, mordiéndole con fuerza para no hacer ruido. Él apretó la mandíbula y cerró un ojo por el punzante dolor que eso le causó, pero ello no hizo más que incitarle a moverse más de prisa y con más fuerza en el interior de la chica, obligándola a ahogar sus gemidos en su boca con un nuevo beso. Justo en el momento en que los chicos se alejaron los suficiente, la muchacha se separó de sus labios y echó la cabeza hacia atrás, dejando escapar un gemido en alto, algo que llevaba atrapado en su pecho. Minho sonrió complacido y se abrazó a ella, acercándose a su pecho y besándole abiertamente, dejando un camino húmedo por toda la zona, mientras ella se abrazaba más a él, soltando gemidos sin pudor alguno mientras enredaba con desespero lo dedos en el cabello del chico.

Sintió un cosquilleo en su vientre y, entonces si, supo que no duraría mucho más. Volvió el ritmo de las embestidas frenético, insuperable, demasiado rápido siquiera para respirar. Le abrazó más y apoyó la frente en su hombro, sintiéndole moverse en conjunto con él, logrando entre ambos crear un delicioso movimiento de vaivén que los dejaba sin aliento, casi sin razón. Las uñas de la chica se hundían con fuerza en la piel de su espalda y su piel se erizaba con sólo rozarla, sus gemidos rebotaban con fuerza de las paredes, llenando sus oídos de las mieles del placer que le daba, haciéndole mantener igual de rápido y fuerte el ritmo, sin darse tiempo siquiera a pensarlo. Su límite estaba cerca, lo sentía casi a punto, sólo necesitaba un último empujón y llegaría.

Y lo tuvo. Justo cuando pensaba que no podría más, un alarido lleno de placer se dejó escuchar, proveniente de la garganta de la chica, y producido por una inigualable sensación al alcanzar el orgasmo. Gimió también al sentir su cavidad contraerse por el éxtasis, volviéndose repentinamente más caliente y húmeda. Se aferró a su cuerpo y continuó moviéndose, dando un par de embestidas más antes de soltar un hondo gemido, acompañado de una descarga de su esencia en el interior de la chica, que le hizo soltar un suave gemido en su oído. Una segunda descarga y sus rodillas temblaron, haciéndole apoyarse de la pared un poco, llegando finalmente al orgasmo, quedando unos segundos en blanco antes de echarse hacia atrás, apoyar la espalda de la pared y dejarse caer al suelo, jadeante y aún con su apasionada amante sobre su cuerpo. Una débil pero satisfecha sonrisa de dibujó en sus labios al sentirla abrazándole por el cuello. Él hizo lo propio, abrazándole a ella de la cintura, besando con suavidad su hombro perlado de sudor.

- Eso ha sido… indescriptible… -susurró contra su cabello, besándolo luego.

- Mucho… si…

La respiración de ambos, aunque dificultosa, iba al mismo ritmo, acompasados sus pechos que subían y bajaban a la par, el uno contra el otro. Estrechó más el abrazo, acariciando el cabello de la chica con suavidad, cerrando los ojos y respirando profundo para regular su pulso.

Cuando finalmente ambos estuvieron más calmados y en mejores condiciones de moverse, Minho salió con cuidado del interior de la chica, causando un jadeo mutuo que luego les hizo reír avergonzados, como tontos. Hizo práctica de su caballerosidad ayudándola a vestirse de nuevo, dejándola sentada en el suelo mientras de vestía él.

Listos los dos, la ayudó a ponerse en pie y sonrió al oscuro vacío, sabiendo que ella estaría haciendo lo mismo. Abrió con cuidado la puerta del armario y le dejó paso, saliendo tras ella y cerrando la puerta a su espalda. Su cabello castaño, aún húmedo de sudor, caía a mechones sobre su nuca y su frente, ondulándose en el fleco y la parte trasera. La piel tostada y brillante, también por el sudor, se veía casi exótica bajo las luces de neón del pasillo. Y los ojos marrones, redondos y expresivos, se clavaban en los suyos, haciéndole estremecer levemente. Ella sonrió levemente y se pasó una mano por el cabello, peinándolo hacia atrás un poco.

- Me voy ya- dijo de pronto.

- ¿Qué? ¿Te vas? Pero, no… no te vayas aún, vayamos a… cenar, o algo…

- No quiero el protocolo masculino para las citas, estoy perfecta así.

- Al menos dame alguna dirección en la que te pueda encontrar, un número o…

- Olvídalo, no haré eso.

- ¿Por qué no?

- Digamos que… no nos conviene.

- ¿No convenirnos?

- Ajá.

La chica se acercó velozmente a él, dándole un fugaz beso y dándose la vuelta para irse por el pasillo, a paso lento pero constante. Minho se quedó inmóvil, con los ojos clavados en su nuca, sin comprender muy bien de qué iba toda su locura.

- Al menos… dime tu nombre.

Su voz hizo eco en las paredes del recinto vacío, haciendo que la chica detuviese sus pasos y se girase un poco para mirarle de reojo. Sonreía.

- Kim… Kim SunMi… ya te he dicho bastante, quédate con eso.

Levantó una mano en el aire y la movió a modo de despedida, reanudando la marcha, alejándose cada vez más de él.

Minho se quedó un momento más así, mirándola alejarse hasta que dobló en una esquina y se perdió de vista. Bajó la mirada, aún conmocionado por la velocidad de todo, pero sonriendo como tonto al darse cuenta de algo.

Tenía su nombre

El resto, sería pan comido.

Echó a andar por el pasillo, en la misma dirección que ella, a grandes zancadas y con una sonrisa enorme en sus labios.

Su celular vibraba en su bolsillo. Su novia llamaba. O mejor dicho, su ex novia llamaba. Ahora, por cosas de la vida, no volvería a contestar una llamada suya de nuevo.

Después de todo, había más cosas en el mundo que valían más la pena.




lunes, 27 de diciembre de 2010

[DESCARGA] Addiction by KYBH

Como dije por ahí(?) pongo Addiction en descarga, mi obra maestra (: Espero les guste (a quienes no lo hayan leído) tanto como les gustó a quienes ya lo leyeron ^^ Gracias~

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Título: Addiction (Adicción)
Género: Drama/Acción/Romance/Misterio
Tipo: Hetero
Autor: Kim Yura BH
Edad: +16

Tú eres más que una droga para mí… eres el principio de mis días y el fin de mis noches, mi némesis, mi apocalipsis, todo lo que deseo desaparecer de mi vida… pero estás tan fijado a mi piel, que para echarte tendría que morir y renacer mil veces… y sé que aún estarías aquí.


sábado, 21 de agosto de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

Disney según Jeffrey Thomas

Bueno yo la verdad no sé mucho de este tipo, pero es un genio y le amo(?) DIOS MIO miren estas imágenes, hablan por si solas! Y creo que muchos entenderán mi fascinación por ellas xD Son GENIALES, sencillamente eso .___.

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jueves, 5 de agosto de 2010

[ONESHOT] Messages on the stars

Yo jamás superaré este Oneshot TwT Vi unnie TE AMO! Mameh ricosonga TwT
Esta cosa me hizo llorar TwT Espero les guste, aclaro que este oneshot NO lo escribí yo, lo escribió Vi unnie (Vi-chan) ^^
Disfrútenlo (:
PD: Lo copiaré tal cual está en el foro xD


Titulo: Messages on the stars (Mensajes en las estrellas).
Tipo: Romance/Drama.
Genero: Hetero.
Rating: 16+...?
Autor: Vi-Chan.
Personajes: Super Junior M/Big Bang/personaje real.
Advertencia: Muerte de un personaje.
Nota: como no me se el apellido de la protagonista (XD) use el nombre que todos conocemos...
Nota2: MI PRIMER TRABAJO EN DONDE NO SALEN LOS DIOSES! T^T


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“Porque incluso en tus días libres vienes a visitarme?” preguntó el chico sentado en la cama.

“Sabes perfectamente porque estoy aquí oppa” la chica respondió con un puchero.

El levanto su puño, estirando su brazo hasta la mano de ella, depositando una pequeña estrella de papel.

“fucsia! Waaa uno de mis colores favoritos!” exclamo ella con una gran sonrisa.

“Estrella numero novecientos noventa y nueve.” Dijo él.

“Wow, novecientos noventa y nueve? Sabes lo que eso significa?”

“que estas a una estrella de las mil, y significa que tendrás tu deseo mañana” dijo el chico.

“bueno si, pero también significa que te he conocido por novecientos noventa y nueve días.” Declaro ella y el chico no pudo evitar que su corazón latiera un poco más rápido de lo usual. Acaso ella también había estado llevando la cuenta de cuánto tiempo tienen conociéndose?

“ajem…” dijo él, simulando haber tosido.

“Oh, sí.” Dijo ella sonriendo abiertamente, tomando su bolso y sacando un retazo de papel rectangular color amarillo, como esos que usas para recordar cosas y pegarlos en la nevera u otro lugar, solo que este si era uno de esos y ella estiro su mano y “pong!” exclamo pegándolo de su frente riendo ante la expresión del otro.

“Yah!” exclamo el chico simulando enfado y quitándose la nota adhesiva de la frente.

“porque soy una chupeta?” dijo observando la caricatura en el papel.

“Porque así es como tu cuerpo luce! Todo lo que puedes ver es una gran cabezota” dijo burlonamente, pinchando sus mejillas.

“Hey! Respeta a tus mayores!” exclamo él fingiendo también.

●◎●◎●◎●◎●◎●


Alrededor de las seis de la tarde ella se marcho de la habitación. Al segundo que ella salió de ahí, él sintió la soledad a su alrededor de nuevo, mirando por la ventana observo como el cielo se oscurecía poco a poco, estaba de un tono gris y los arboles se movían de un lado a otro con el viento.

HanGeng. Un chico que podría estar en la universidad, o bien trabajando, alrededor de los 25 años de edad, se encontraba sentado, recostado del espaldar de la cama de su habitación en el hospital. Su rostro permanecía aparentemente apacible, pero sus ojos marrones oscuros, lucían como pequeños pozos de dolor. Apacibles y vacios podrán lucir, pero ellos contenían algo más profundo que el mismo océano azul marino. Sus labios, inusualmente pálidos, se abrían de vez en cuando solo para dejar salir el aire de sus pulmones en pequeños suspiros, pero lo curioso era que ellos se curvaban hacia arriba. Jamás hacia abajo.

Con esa pequeña y leve sonrisa, HanGeng despego su vista de la ventana, encontrándose con el verdadero ambiente que lo rodeaba. Cuatro planas y blancas paredes. El suelo parecía un reflejo del techo, con sus frías baldosas blancas. Las cortinas eran de tela blanca, las sabanas eran blanco puro, la mesa al lado de su cama era blanca, incluso las ropas que cubrían ligeramente su cuerpo eran blancas. Parecía como si a todo en esa habitación le hubiesen arrancado el color, hasta la vida misma.

Todos los días esperaba ahí sentado por que la criatura viviente más hermosa apareciera por esa puerta, trayéndole calor a su vida y color a la misma. Kim Yura. La chica estaba alrededor de los 23 años de edad y era estudiante de enfermería, estaba en su último año por lo tanto hacia sus pasantías en ese hospital.

Súbitamente, HanGeng sintió un fuerte dolor en su pecho. Aguanto la respiración por un momento, intentando ignorar el creciente dolor, como siempre lo hacía. Mordió sus labios mientras sentía como si clavaran un puñal en su corazón y sangrara lentamente.

Los doctores le dijeron que tenía una enfermedad cardiaca incurable, que con el tiempo y el tratamiento podría ser capaz de suprimirla. Pero dos años han pasado y solo ha ido empeorando día a día. Su corazón se deterioraba y no sabía cuánto tiempo le quedaba. Él le había rogado a los doctores para que no le dijeran cuan critica era su condición a Yura. No quería que ella supiera que el moría lentamente.

Lo que hacía doler más aun su corazón, era el hecho de que no le podía decir a ella lo que sentía. No podía decírselo, no podría protegerla, no podría abrazarla, y no podría amarla como quería.

●◎●◎●Flashback●◎●◎●


Estrella #1 – Yura, creo que eres una linda persona.

Estrella #20 – Yura, gracias por estar aquí conmigo.

Estrella # 115 – Yura, no puedo dejar de pensar en ti.

Estrella # 421 – Yura, creo que me estas empezando a gustar más.

Estrella # 856 – Yura, desearía poder decirte como me siento en realidad.

Estrella # 934 – Yura, desearía poder estar a tu lado.


●◎●◎●Fin del flashback●◎●◎●


HanGeng recordó las notas que escribió secretamente en los retazos de papel antes de doblarlos y convertirlos en estrellas. Ha escrito en cada uno de ellos y se preguntaba si yura algún día de la nada habrá desdoblado alguna y descubierto su mensaje. Pero, porque lo haría? Quien desdoblaría una estrella de papel? HanGeng no tenía esperanzas. Las estrellas eran la única forma que él tenía para decirle a ella cuanto sentía. Ella nunca las leería, ni siquiera luego de que diera su último suspiro de vida.

Abrió la gaveta de la mesa que se encontraba al lado de su cama y saco de ella una tira de papel. Se disponía a doblar la última estrella para Yura. Doblo el papel una vez, y escribió cuidadosamente en él.

“Estrella # 1000 – Yura, te amo.”

HanGeng hablo suavemente, sintiendo como las palabras que tanto quería decir salían de su boca.

“Te amo.” Susurro mientras las cortinas se movían con la suave brisa, deseando que el viento pudiera llevarle a ella ese mensaje de alguna manera.

Comenzó el primer paso para doblar una estrella, delicadamente lo doblo hasta quedar en una forma como de pentágono, pero…

Súbitamente, otro fuerte dolor atravesó su pecho.

“Ahh…” se quejo, dejando caer la estrella incompleta al suelo. Apretó su pecho fuertemente, no podía con el intenso dolor y comenzó a golpear con su puño su pecho como loco. El monitor de su corazón comenzó a sonar como loco mientras que su pulso iba de manea irregular, latiendo rápidamente y bajando hasta casi no latir.

Empezaba a sentirse mareado. Su cabeza dolía y latía al mismo ritmo de su corazón. De repente, todo a su alrededor se nubló y sus ojos se voltearon hacia atrás de su cabeza. En cuestión de segundos todo acabó. HanGeng calló del borde de la cama y golpeo el frio suelo con un pesado “thud”, su respiración se detuvo, al igual que los latidos de su corazón. La habitación se encontraba en total silencio, excepto por el incesante beep del monitor de su corazón.

●◎●◎●◎●◎●◎●


“Hannie!” llamo alegremente Yura al entrar a la habitación, pero para su asombro, HanGeng no estaba ahí. Era de nuevo, su segundo día libre, y ella siempre vendría a visitarlo temprano en la mañana. Pero hoy era diferente, ya que él no estaba como siempre. Ella estaba acostumbrada a llegar y encontrarse con el esperándola.

“A donde habrá ido…?” se preguntaba mientras veía las sabanas alborotadas en su cama. Dejo una jarra de vidrio con las estrellas de papel dentro, al borde de la mesa, al frente de la ventana. Las había traído especialmente para celebrar los 1000 días y pedir ese deseo especial. Se quedo parada, sin saber que hacer mientras el regresaba, así que sus ojos empezaron a divagar por la habitación.
“De verdad, a donde habrá podido ir? Afuera quizá?” se preguntaba. De repente, sus ojos captaron algo color blanco en el suelo al lado de la cama de él. Se agachó e instintivamente lo recogió, examinando la extraña forma y viendo el hermoso color blanco. Luego la desdoblo, encontrándose con algo escrito en lapicero.

“Estrella # 1000 – Yura, te amo.” Leyó en voz alta y parpadeo, leyéndola de nuevo, solo para estar segura que leyó bien.

“Te amo?” susurro.

“HanGeng me ama?” susurro de nuevo. Su corazón comenzó a latir rápidamente y su rostro a adquirir un leve color rosa.

“De verdad me ama?” toco su corazón, latía tan fuerte que sentía que se le saldría del pecho en cualquier momento.

“Así que, en realidad me ama. No es un amor de un solo lado después de todo!” exclamo. Las lágrimas empezaban a asomarse por sus ojos. Con el pasar de los años, se encontró a si misma añorando su compañía. Así que comenzó a dibujarle pequeñas caricaturas, dándole péquelas pistas de lo que sentía. Siendo él lo suficientemente inteligente, uniría los dibujos como una historia, y así el podría descifrar lo que ella había querido implicar. Una vez, hizo un dibujo de una niñita diciéndole a un niñito que le gustaba. Pero viendo que HanGeng no reacciono como ella quería, renuncio a la idea de confesarle sus sentimientos. Metida profundamente en sus pensamientos, Yura se sentó en el suelo aun mirando el pedazo de papel en sus manos.

*SMASH*

Yura se tensó de repente por el fuerte sonido, mirando hacia arriba se encontró con que la jarra había caído del borde de la mesa hacia el suelo. Los fragmentos de vidrio se regaron por la habitación al igual que las estrellas de origami. Cuidadosamente tomo una estrella cualquiera y la desdoblo.

“estrella # 32 – Yura, me gustaría besar tus mejillas.”

Yura se sonrojo al leer el mensaje de HanGeng.

“Realmente a estado escribiendo en cada estrella todo este tiempo?” pensó, tomando otra y desdoblándola y leyendo el contenido. Así hizo con varias y a la final las volvió a doblar, incluso la blanca que no estaba completamente hecha.

“Ok, le confesare a HanGeng lo que siento, hoy” dijo convencida y esperanzada, recogiendo el vidrio del suelo y botándolo en la basura. Tomando una bolsa plástico y recogiendo ahora todas las estrellas.

Se volvió a sentar, pero en la cama, juntando sus manos y cerrando sus ojos.

“mil estrellas…”

●◎●◎●◎●◎●◎●


“MIL ESTRELLAS!” grito hacia el viento una chica desde la azotea de un edificio.
La noche era oscura, pero la luna brindaba algo de luz. La chica lucia inusualmente pálida, su rostro estaba mojado, cubierto por las lágrimas. Las mangas largas de su sweater escondían cicatrices en sus muñecas y el dolor en su corazón no parecía querer irse, incluso después de casi un año.

“Un año, Hannie” la chica susurro roncamente. “un año maldita sea! Porque nunca me dijiste nada!?” gritaba ahora furiosa.

Pero esa furia no era contra él, era contra ella misma. Por no haber actuado antes. Por no haberle confesado sus sentimientos, así, al menos, podía haber estado con él hasta el final…

“Mil estrellas, Hannie. Puedo pedir mi deseo ahora?” dijo poniéndose de pie, al borde del tejado. Abrió su bolso y sacó un puñado de estrellas, lanzándolas hacia el vacío.

“deseo…” susurró con los ojos cerrados y las lagrimas cayendo continuamente por sus mejillas. “Deseo que vuelvas a mi.” Dijo ahora tomando una estrella y desdoblándola.

“estrella # 895 – Yura, cuando muera, deseo reencarnar como el viento, así, en donde estés, yo estaré contigo.” Leyó y arrugo el papel en sus manos, lanzándolo también al vacío.

“Maldita sea, deseo que vuelvas!” grito con todas sus fuerzas. Dando un paso más hacia el borde. “deseo que el dolor se valla, deseo volver a sonreír, deseo poder ser capaz de expresar todo el amor que tengo en mi corazón, deseo…” tomo otro puñado y lo lanzó, para luego estirar sus brazos, mirar hacia el cielo y cerrar sus ojos.

“deseo…” susurro y se inclinó hacia adelante, con intenciones de dejarse caer, con intenciones de seguir el camino de las estrellas de papel. “…volver a ser feliz” dijo y súbitamente una ráfaga de viento sopló, y unos brazos la sostuvieron por su cintura, lanzándola hacia atrás.

Su cuerpo golpeo fuertemente el suelo de la azotea y “Estas completamente loca!?!” escucho una voz gritarle.

“Qué demonios pensabas que hacías!?!” gritaba el chico, pero ella parecía no reaccionar.

Noto que una de las estrellas estaba cerca de su mano derecha y la estiro para tomarla. La desdoblo y leyó.

“Estrella # 999 – Yura, si está en mi poder, te enviare a alguien cuando más lo necesites. Recuérdalo.”

La chica apretó fuertemente el papel contra su pecho, llorando más aun. Alzo su mirada y se encontró con un joven de tez clara, cabellos lacios y oscuros, con ojos rasgados y mirada penetrante. Lucia molesto, pero suavizo sus fracciones, caminando hacia ella. Se agacho y le tendió su mano. “te encuentras bien?” le preguntó cariñosamente. Ella solo lo miro tras sus ojos empañados. “me llamo Seung Hyun, cuál es tu nombre?” le preguntó.

Ella bajo su mano hasta dejarla descansando en sus rodillas y una brisa sopló, haciendo que el papel se escapara de sus manos. Ella miro el papel volar lejos y luego devolvió la mirada hacia Seung Hyun. Arrugo el rostro, y sus lágrimas seguían fluyendo sin control, abrazó súbitamente al muchacho por el cuello y lloro en su hombro.

“Shh, ya pasó…” murmuraba Seung Hyun acariciando el cabello de ella cariñosamente.

“Oppa, gracias.” Murmuro entre sollozos, mientras aun abrazaba a Seung Hyun.

martes, 3 de agosto de 2010

SHINee - Quasimodo

Ok si T___T Me partí mucho mucho con esta canción y su letra TOT pero es que...
¡ES HERMOSA! TOT
Ustedes sólo escúchenla y lean la letra en español TwT Es una versión ahí medio pote, pero da igual, ¡se entiende! TwT
Ains... *se va a escuchar Quasimodo por enésima vez*




Letra Romanizada:

Gaseum dadeukan geudae heunjeok nareul sumshige haeyo
Dalbiche gin bami modu muldeul myeon
Heyeo nalsu eopneun gidarim da kkeuti nalkkayo
Gijeogeul bireo mugo dapaeyo

Oh, geudae mame dako shipeun nal malhaji
Motae shirin gureum dwiye georin byeolbi deul cheoreom
Saranghae ibsul kkeute maemdol deon apeun geobaek modu
Kkeunae nunmure heulleo

Shimjange daheun ihwasareun ijen nae mom gagejyo
Jugeul mankeum neomu apado
Nae mame bakin geudaereul kkeonaelsu eopneyo
Sarangira seo nan sarangira seo

Na geudael gajji motaedo nae mami
Kkeunae seulpeun inyeone byeogape garo makyeodo
Saranghae barabol suman ineun goshira myeon
Geudaen nae jeonbu nikka

Su maneun bamjisae uda nae nunmul gateun byeol bichi
Meojji anneun biga dwemyeon
Giyeokaeyo naega sarang haeteon geol

Na geudael gajji motaedo nae mami
Kkeunae seulpeun inyeone byeogape garo makyeodo
Saranghae barabol suman ineun goshira myeon
Geudaen nae jeonbu nikka

Na geudael gajji motaedo nae mami
Kkeunae seulpeun inyeone byeogape garo makyeodo
Saranghae barabol suman ineun goshira myeon
Geudaen nae jeonbu nikka

Him gyeopji anayo, oh no
Nae geudaera geudae nikka apado ullyeodo saranghae




Letra traducida:



Tus huellas que llenaron mi corazón

Me hacen respirar

Si a la luz de la luna, en la oculta noche, todo se colorea

¿Toda la ineludible espera terminará?

Rezo por un milagro

Pregunto y contesto



Oh tu

A quien quiero alcanzar, decirte sobre mí

No puedo

Como la luz de las estrellas

Escondida detrás de las frías nubes

Te amo

Esta dolorosa confesión que da vueltas en el borde de mis
labios

Toda

Al final

Se derrama en lágrimas.



Esta flecha que llegó a mi corazón

Ahora parece parte de mi cuerpo

Y aunque duela tanto como la muerte

En mi corazón estás clavada

Y no te puedo sacar

Porque esto es amor

Para mí, esto es amor…



Yo a ti

Que no puedo tenerte

Mi corazón al final

Por el muro frente a una triste relación, se obstruye

Te amo

Y si este es solamente el lugar donde puedo mirarte

Tu

Eres mi todo.



Incontables noches he pasado sin dormir

Mis lágrimas, como el brillo de las estrellas

No se detienen si llueve

Recuerda…

Que yo

Te amé solo a ti



Yo a ti

Que no puedo tenerte

Mi corazón al final

Por el muro frente a una triste relación, se obstruye

Yo a ti te amo

Y si este es solamente el lugar donde puedo mirarte

Tu

Eres mi todo.


Te necesito

He tratado de no llorar por ti

Te amo

Yo te amo a ti

No soy fuerte…

Te necesito para poder ser yo…

Incluso si duele

Incluso si me hace llorar

Te amo